El dolor que no discrimina

El dolor en la rodilla es uno de los problemas físicos de mayor incidencia a nivel mundial, afectando a cualquier edad o sexo.

Hablar de dolor de rodilla es hablar de una de las quejas más frecuentes en nuestra sociedad. De hecho, no es descabellado que sea así. Se trata de la articulación más grande del cuerpo humano, además de la de mayor complejidad por su configuración.

roturas de ligamentos

El dolor de rodilla es un mal común que el 80% de la población ha sufrido alguna vez a lo largo su vida y cuyas causas u origen son de muy diversa naturaleza. A continuación veremos los tipos de dolor de rodilla y el origen de los mismos.

¿Qué encontrarás en este artículo?

¿Cómo y por qué duelen las rodillas?

Ya sea de un modo repentino o progresivamente, tanto de forma aguda un dolor sordo, motivado por un impacto, accidente, gesto incorrecto, por herencia genética o por un largo etcétera de opciones a barajar, el dolor de rodilla es un común denominador en la práctica totalidad de la población.

Este malestar es una queja frecuente que afecta a personas de todas las edades. Puede ser resultado de una lesión, tal y como comentábamos, o motivado por enfermedades tales como artritis o acumulación crónica de ácido úrico.

El dolor de rodilla, si esta se sobrecarga o lesiona, puede ser repentino. Además, podemos tener la sensación de que la articulación se encuentra inestable o con escasa fortaleza muscular, o también sentir rigidez, bloqueo o crujidos durante los movimientos.

¿Cómo nos duele?

Podemos considerar dos tipos de dolores para las molestias de rodilla. El dolor de rodilla agudo y el crónico. El primero de ellos atiende a un agente externo, teniendo especial consideración los movimientos de flexión, giro y parada repentina. El dolor de rodilla crónico, por su parte, cursa de un modo paulatino, pudiendo transcurrir meses e incluso años.

Dentro de la categoría aguda, las sesiones más comunes atienden a contusiones motivadas por golpes o caídas, la incorrecta hiperextensión de la musculatura que rodea la articulación, roturas o fisuras en músculos y tendones, fractura de menisco motivada por la concurrencia simultánea de la acción de flexionar y girar la rodilla y la rotura de los ligamentos cruzados por acciones intensas.

El dolor crónico, por su parte, está motivado por la degradación articular o la inflamación de la misma y se intensifica al inicio de una actividad, volviendo  a aumentar su grado tras el desarrollo prolongado de la misma. Podemos señalar como ejemplos la osteoartritis primaria de rodilla, la artritis reumatoide o el síndrome de dolor patelofemoral.

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Tipos de dolor según la zona dañada

Como hemos señalado, son muchas las causas que motivan el dolor de rodilla, desde enfermedades como la tendinitis, bursitis, artritis u osteoporosis, hasta lesiones como las subluxaciones rotulianas, roturas de ligamentos, desgarros de cartílagos y tendones, esguinces, etc.esguinces de tobillo

El dolor de rodilla puede estar localizado en uno o varios puntos de la articulación. Ya sea en la zona frontal, en la superior, la parte de debajo de la misma, el área situada tras la doblez de la pierna o caras interna y externa de la rodilla, la tipología de aflicción está motivada por una dolencia médica, por una lesión, por un tratamiento abusivo o por sedentarismo.

5 motivos más frecuentes por los que aparece el dolor de rodilla

Los extremos se tocan. Esto es una realidad en muchas áreas de la vida y, en este caso, un hecho fehaciente. El sedentarismo, la falta de actividad, es uno de los grandes detractores del estado saludable de nuestras articulaciones. La falta de uso de las articulaciones provoca reacciones dolorosas ante la actividad.

En contraposición, el exceso de actividad o, más concretamente, el abuso en la exposición de la articulación a los límites soportables por la misma genera también dolor de rodilla y lesiones a corto, medio y largo plazo.

Habida cuenta de todo esto, podemos señalar como las causas generales de aparición del dolor de rodilla los siguientes motivos:

  1. El exceso de volumen o intensidad en la práctica de ejercicio, sumado al sobreesfuerzo de las mismas, la deficiencia en el fortalecimiento de la musculatura circundante o la ausencia de rutinas de calentamiento propician las lesiones en la rodilla.
  2. Falta de tono físico y sobrepeso, ya que las rodillas soportan el equilibrio del cuerpo y el aumento de peso corporal complica su funcionamiento óptimo.
  3. El calzado incorrecto no protege adecuadamente ante el impacto de los pies sobre el suelo ni determina un agarre adecuado de los miembros. En el caso de las mujeres, además, el uso habitual de tacones modifica no solo la pisada sino también el paso y la postura de la rodilla, que se semiflexiona para caminar y aumenta el desgaste y la sobrecarga.
  4. El inicio de una actividad después de unas horas sentados, o el descenso de pendientes o escaleras general molestias motivadas por la llamada “condromalacia rotuliana”. Este daño en el cartílago de la rótula está provocado por motivos posturales en la realización de gestos cotidianos.
  5. Degeneración ósea y muscular por la edad. La artrosis en la vejez es la afección con mayor incidencia en personas a partir de la mediana edad, invalidando a 1 de cada 10 pacientes que la padecen.
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Cómo prevenirlo

La lucha contra la edad es y seguirá siendo una utopía, inalcanzable por lo tanto. Así, dentro de su propia vulnerabilidad, el ser humano solo puede aplicar las atenciones y cuidados posibles para retrasar la aparición de este tipo de dolor. higiene postural

 

Para prevenir el dolor de rodilla debemos evitar el sobrepeso y las cargas excesivamente pesadas; además, es conveniente fortalecer la musculatura de las extremidades inferiores para aportar estabilidad, fortaleza y prevenir lesiones.

 

Si somos unos amantes del deporte, lo ideal es realizar un correcto calentamiento y los correspondientes estiramientos para cada zona corporal antes de iniciar la actividad deportiva que elijamos. Y si lo que nos gusta es correr, el fútbol o practicar esquí, debemos proteger nuestras extremidades, ya que son los que mayor impacto causan sobre ellas.

 

Una buena higiene postural contribuirá a retrasar los dolores en la articulación. Es conveniente evitar estar demasiado tiempo en una misma postura, sobre todo de rodillas o acuclillados, para no forzar la rodilla y evitar dolores cronificados.

Aunque la lucha contra el tiempo es una batalla perdida, podemos retrasar la aparición de molestias en las rodillas realizando actividades como andar en bicicleta o la natación de forma suave o moderada.

Cuándo consultar con el especialista

Hemos aclarado los tipos de dolores que hay y acreditado que pueden ser de mayor o menor consideración, por lo que queda claro que no todos los dolores de rodilla revisten la misma gravedad ni presentarán la misma prevalencia.

Debemos considerar que si no hemos padecido un traumatismo o que justifique dichas molestias, es conveniente acudir a nuestro médico para aclarar los motivos que generan esa afección.

Cabe destacar que hay dolencias que cursan con dolor elevado y cuyos daños pueden ir en aumento causando incapacidad si no son tratados adecuadamente. Igualmente, una lesión puntual cuya evolución no es observada por un facultativo o carece de medidas de tratamiento adecuadas puede agravarse, complicarse, o derivar en otras lesiones.

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